Un grupo de legisladores de la oposición en Ecuador está presionando para que se destituya al presidente Guillermo Lasso, después de casi dos semanas de protestas lideradas por grupos indígenas que exigen precios más bajos del combustible y los alimentos, pero otros parlamentarios dicen que no respaldarán el intento.
Las masivas protestas en Ecuador desde el 13 de junio, en ocasiones violentas, han dejado como saldo hasta el momento 6 civiles muertos y varios ataques contra la fuerza pública.
Las protestas han empeorado la ya conflictiva relación de Lasso con la Asamblea Nacional, cuyos legisladores han bloqueado sus propuestas económicas, mientras lucha por contener la creciente violencia que atribuye a bandas de narcotraficantes.
Los asambleístas del opositor movimiento UNES, leales al expresidente Rafael Correa, pidieron en sus cuentas de Twitter que se adelanten las elecciones, previstas para el 2025, y dijeron que ponían a disposición su cargo.
La Constitución de Ecuador permite a los legisladores destituir a los mandatarios y convocar elecciones si el país atraviesa una crisis política o disturbios masivos.
“El país no da más”, dijo a Reuters Fausto Jarrín, asambleísta de UNES, que presentó formalmente el pedido para que se convoque a una reunión. “El diálogo se rompió por todos los lados y con violencia”.
Legisladores de otros partidos apoyarían individualmente los esfuerzos, dijo Jarrín.
El Legislativo necesita 46 firmas de respaldo al pedido de destitución del mandatario para que se convoque a un debate.
Su destitución en sí requeriría el apoyo de 92 de los 137 legisladores de la Asamblea y el propio Lasso también puede disolver la legislatura y convocar elecciones.
El Gobierno de Ecuador criticó el pedido de UNES, insistiendo en que ha hecho concesiones y está dispuesto a discutir los temas. Los legisladores de otros tres partidos, incluido el de Lasso, rechazaron el esfuerzo y dijeron que apoyan el diálogo entre el Gobierno y los grupos indígenas.
Diálogo estancado
A pesar de algunas concesiones del Gobierno, el acercamiento entre funcionarios y manifestantes encabezados por el grupo indígena CONAIE se ha estado estancado durante varios días.
Los líderes indígenas han exigido el retiro de la fuerza pública y el fin de las medidas especiales implementadas para seis provincias antes de que las dos partes puedan discutir una lista de 10 demandas, que incluyen precios más bajos para el combustible y el cese de la expansión petrolera y minera.