Cien días de Gobierno del Presidente Bernardo Arévalo y Karin Herrera

Hace cien días, la administración del presidente Bernardo Arévalo y la vicepresidente Karin Herrera asumió el poder ejecutivo con el firme compromiso de forjar un nuevo rumbo para Guatemala. En este corto lapso, el país ha sido testigo de un cambio radical, marcado por la erradicación de la corrupción, una lacra que ha lastrado el desarrollo nacional y privado a los guatemaltecos de oportunidades durante demasiado tiempo.

Los catorce ministerios que conforman el ejecutivo han emprendido una incansable labor de identificación y erradicación de prácticas irregulares toleradas por gobiernos previos. Esta gestión se ha caracterizado por su determinación en no tolerar la corrupción, lo que ha llevado a cada ministerio a tomar medidas enérgicas para poner fin a estas prácticas nocivas.

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Desde el inicio, las autoridades ejecutivas se han esforzado por sentar las bases para brindar mejores oportunidades y condiciones de vida a los ciudadanos guatemaltecos. Estos primeros cien días se han centrado en combatir la corrupción, promover la igualdad de género en sectores como la educación y el ámbito militar, así como en mantener un diálogo cercano con las autoridades y comunidades indígenas. Además, se han fortalecido las relaciones exteriores, impulsado estrategias para mejorar la cooperación económica y se ha promovido la participación activa de la juventud en la vida pública.

Durante este período, el gobierno de Arévalo-Herrera ha logrado avances significativos en diversos campos. Se destacan la reorganización del Programa de Salud Escolar, la reparación digna a las víctimas del conflicto armado interno, la conclusión de obras de infraestructura abandonadas y el impulso de la inversión público-privada en colaboración con el sector privado. Asimismo, se han realizado esfuerzos en la atención a migrantes y en la denuncia de casos de corrupción.

Desde viajes internacionales de trabajo hasta visitas a las comunidades más remotas del país, los funcionarios del ejecutivo han buscado comprender de cerca las necesidades de los guatemaltecos y forjar alianzas estratégicas para abordarlas.

Cada dependencia estatal está comprometida en llevar desarrollo y bienestar a la población. Estos primeros cien días marcan el comienzo de un largo camino hacia la recuperación de la libertad y el bienestar que Guatemala y sus habitantes merecen.