Cónclave: cardenales regresan a la Capilla Sixtina para el segundo día de votaciones

Este jueves, los 133 cardenales electores regresaron a la Capilla Sixtina para continuar con el proceso de elección del nuevo sumo pontífice, en el segundo día del cónclave que mantiene en expectativa al mundo católico.

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La jornada de votación se reanudó tras una primera ronda celebrada el miércoles por la tarde, que concluyó sin resultados, como lo indicó la tradicional columna de humo negro que emergió de la chimenea instalada en el techo de la capilla, visible desde la Plaza de San Pedro.

Aunque este resultado era esperado ningún Papa ha sido elegido en la primera votación en tiempos modernos, se abre la posibilidad de que el nuevo pontífice pueda ser elegido este mismo jueves, ya que se prevén hasta cuatro rondas de votación, dos por la mañana y dos por la tarde, si no se alcanza un consenso en las primeras.

Proceso de elección

Cada cardenal escribe en secreto el nombre de su candidato, y los votos son contabilizados de inmediato.

Si un candidato obtiene dos tercios del total, se considera electo como nuevo Pontífice. Si no, las papeletas se queman y se genera humo negro; si hay elección, el humo será blanco, anunciando al mundo que hay nuevo Papa.

Los cónclaves anteriores en 2005 y 2013 duraron cuatro y cinco rondas de votación, respectivamente. En esta ocasión, se espera que el proceso también se resuelva en pocos días.

Durante el cónclave, los cardenales permanecen aislados del mundo exterior, sin celulares ni contacto con medios de comunicación. Se alojan en habitaciones simples dentro del Vaticano, sin lujos, bajo estricta vigilancia de la Guardia Suiza.

¿Cómo se produce el humo?

• Negro: perclorato de potasio, antraceno y azufre.
• Blanco: clorato de potasio, lactosa y colofonia.

Desde su origen en 1274, cuando los fieles desesperados encerraron a los cardenales y los forzaron a elegir Papa tras casi tres años de indecisión, el cónclave se convirtió en un ritual sagrado que representa no solo una elección espiritual, sino una dirección política y moral para los fieles en todo el mundo.