Víctima cuenta su historia de cómo sobrevivió a un asalto

La delincuencia es uno de los problemas que más preocupan y afectan a los guatemaltecos. A pesar de los esfuerzo por erradicarla, cada día se cometen homicidios y asaltos.

Los índices de violencia continúan afectando a los guatemaltecos, el peligro  puede estar a la vuelta de la esquina pero hay ocasiones en las que los milagros nos permiten continuar con la vida.

Pablo Álvarez de 26 años, es conocido por su carisma, alegría y determinación. Fanático del ejercicio físico y de las motocicletas, sin embargo a principios de agosto su vida cambió por completo.

Eran las 5:30 de la mañana en el semáforo de la 2 avenida y 17 calle de la zona 1 cuando dos individuos intentaron robarle su motocicleta.

«Los tipos me atravesaron la motocicleta de ellos, eran dos y cuando yo volteé a ver ya tenía el cañón de la pistola en mi cara, me empezaron a decir que me bajara de la moto entonces yo no pude reaccionar, yo lo único que les puedo decir, que me salió fue no. Empezaron a forcejear y empezaron a tratar de bajarme de la moto y como no pude, estaba paralizado en eso sentí cabal cuando el tipo con su pistola me puyó el ojo«, indicó Álvarez.

Una persona que transitaba por el lugar logró auyentar a los delincuentes y al poco tiempo los paramédicos llegaron a su rescate.

Pablo creyó que se trataba de un golpe nada más pero tras dos operaciones se ha dado cuenta que perdió la visión de su ojo izquierdo.

«Muchos doctores me han dicho que es muy poco probable que yo voy a poder volver a ver con ese ojo y agradecen mucho que tengo el ojo, que no lo perdí, que no fue un golpe que me hayan tenido que extraer el ojo por alguna infección o algo así; pero no voy a ver con ese ojo ya. Después de ese asalto que sufrí y me doy cuenta que el país está bastante mal, es algo que yo jamás me había imaginado que me podía pasar a mí pero así como me pasó a mí le puede pasar un compañero de trabajo, a un amigo, a un hermano, a cualquier persona le puede pasar y me doy cuenta de la realidad del país«, expresó.

Su familia y amigos han sido fundamentales para Pablo. Ha vuelto a realizar sus actividades laborales y aunque nada es como antes, siempre procura tener una buena actitud y agradecer la vida.

«Yo me pregunto porque ellos no reaccionaron más violentos o sea eso me daba mucha curiosidad, pero a la hora de la hora yo considero que es un milagro y creo que por eso también yo me siento muy feliz porque veo que es como un milagro que esté vivo, así lo veo«.

En definitiva la vida de Pablo cambió para siempre pero como él lo dice aún tiene la esperanza de que algún día pueda recuperar su visión, para él nada es imposible.

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