Reportaje: Pobreza, la otra cara de Guatemala

La pobreza en Guatemala sigue siendo una realidad que muy pocos se atreven a ver pero que continúa latente y sus principales afectados son los niños.

¿Alguna vez ha escuchado del caserío Pila Seca? Probablemente su respuesta es no. Esto se debe a que no existe ningún registro de esta comuna y tampoco es visible dentro del mapa ni ante los ojos de las autoridades… Este lugar es el reflejo de la otra cara de Guatemala, una que está llena de pobreza y abandono.

A 55 kilómetros de la capital, entre montañas y caminos de terracería de difícil acceso se sitúa el caserío Pila Seca, perteneciente al municipio de Chuarrancho, departamento de Guatemala. La comunidad está conformada por 100 habitantes, que al no contar con recursos han improvisado la forma de construir sus viviendas y las han llamado su hogar. Aquí es casi un privilegio contar con los tres tiempos de comida que una familia ordinaria guatemalteca está acostumbrada a tener.

«Aquí no tenemos nada, no tenemos energía eléctrica, necesitamos muchas cosas. No tenemos agua potable, vamos a traer a un pozo o nacimiento«. indicó Odilia Sinay, habitante del caserío.

Sobreviven con menos de Q.10 por día

El precio de la canasta básica oscila entre los 2 mil 500 quetzales pero las familias del caserío sobreviven con apenas 10 quetzales por día.

«Con 10 quetzales nosotros que compramos, son dos libras de azúcar , unas dos bolsitas de café, ahí quedamos porque no hay más para uno. Como tenemos familia quiera o no para unos dos días la libras de azúcar y no nos alcanza y tenemos que ver otra vez como hacemos para comprar otro poquito«, expresó Lucía Nij, otra vecina. 

«Ni siquiera se puede decir que viven, sobreviven realmente con los pocos ingresos que se tienen pero volvemos a hacer los esfuerzos necesarios para que pueda llevarse las mejores condiciones como infraestructura«, señaló el vicepresidente Guillermo Castillo.

Estadísticas
Según el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la incidencia de pobreza en el país es de 90.6%, es decir que este porcentaje de personas sufre algún tipo de pobreza, el 62.4% vive en pobreza media y el 29.6% en pobreza extrema, mientras que 6 de cada 10 guatemaltecos tienen alguna limitación o carencia de recursos.

La carencias impactan directamente en la vida de los más pequeños, pues no cuentan con servicios de salud y educación, lo cual limita su desarrollo.

«Yo no tengo juguetes como otros niños que tienen juguetes, yo solo juego con tierra y con lodo«, dijo Héctor Joel Chamalé, un niño que habita en Pila Seca.

«Para nosotros es muy difícil porque fíjese que cuando se enferman los niños nosotros tenemos que ver qué hacemos y tenemos que sacarlos para la aldea y nos queda muy lejos y a veces muy tarde la hora de la noche y a veces llueve y como nos vamos«, indicó Juana Chamalé, habitante del caserío.

Problema de Estado

La pobreza no es un problema de país, sino de Estado y es un mal que a lo largo de la historia ha influido en otros problemas como la desnutrición infantil. Que para resolverlo se necesita voluntad política y descentralización de servicios.

«El papel del gobierno debe ser cumplir con las leyes ya existentes, pero tenemos muchos problemas institucionales que resolver primero para que el gobierno pueda ser capaz de solucionar problemas como el acceso a alimentos o se genere la distribución de la riqueza y la descentralización de la economía«, señaló Fabián Juárez, analista.

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Estas familias, sueñan con un mejor futuro y alzan su voz.

«Aquí el lugar está abandonado porque en otros lugares nosotros escuchamos que llega ayuda y apoyo y aquí con nosotros nada, no vienen a dejar ningún apoyo«, expresó María Sinay, otra habitante.

Tal como el caserío Pila Seca, muchas otras comunidades aldeas, caseríos y parajes e todo el país las mismas o peores condiciones de vida que terminan convirtiéndose en cifras que nos muestran una realidad totalmente distinta de nuestro país pero que cada vez es latente.

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