El gobierno de Gabriel Boric realizó los últimos preparativos para la histórica votación sobre aprobar una nueva Constitución de Chile, para eliminar la actualmente rige al país y que data del dictador militar Augusto Pinochet.
El país está fuertemente dividido, pues algunas encuestas indicaron que la nueva Constitución de Chile podría ser rechazada a pesar del enorme apoyo inicial para eliminar el texto de la era de Pinochet.
La actual Constitución de Chile está orientada a la política económica que durante décadas sustentó el crecimiento y estabilidad del país pero provocó una marcada desigualdad entre ricos y pobres, lo que condujo a las protestas de 2019.
Por el contrario, la nueva Constitución de Chile se centró en los derechos sociales, el medio ambiente y la igualdad de género. Casi el 80 por ciento de los chilenos votaron para redactar una nueva constitución en octubre de 2020.