Trump propone un año de cárcel para quienes quemen la bandera de EE.UU.

Durante un encendido discurso en la base militar de Fort Bragg, el presidente Donald Trump propuso impulsar una ley federal para castigar con un año de cárcel a quienes quemen la bandera de Estados Unidos, como respuesta a las recientes protestas en Los Ángeles donde se registraron actos de vandalismo y quema de banderas.

Publicidad

“Esas personas no aman a este país. Si queman nuestra bandera, deberían ir a prisión por un año”, afirmó Trump ante miles de asistentes, en el marco de la conmemoración del 250 aniversario del Ejército estadounidense.

Aseguró que cuenta con el respaldo de senadores republicanos como Josh Hawley, quien también se manifestó a favor de endurecer las sanciones para quienes, en el marco de un delito, profanen el símbolo patrio.

La propuesta, sin embargo, ha desatado un amplio debate en redes sociales y círculos académicos, ya que la quema de la bandera está protegida como un acto de libertad de expresión por la Primera Enmienda de la Constitución de EE. UU., según fallos históricos de la Corte Suprema. Trump sostiene que, si se realiza como parte de un acto delictivo, debe considerarse agravante.

En el mismo acto, Trump endureció su discurso contra la actual administración y calificó a Los Ángeles como “un basurero”. Incluso adelantó que considera invocar la Ley de Insurrección para desplegar fuerzas federales y “liberar” la ciudad, al tiempo que llamó “enemigos extranjeros” y “animales” a quienes participaron en las manifestaciones.

La Ley de Insurrección, promulgada en 1807, permite al presidente movilizar fuerzas militares dentro del país en casos de disturbios civiles, rebeliones o cuando las autoridades locales no logran restablecer el orden.

Además, Trump anunció que restaurará los nombres originales de siete bases militares que fueron renombradas durante la administración Biden, como Fort Hood y Fort Robert E. Lee, reforzando así su retórica nacionalista.

El anuncio de Trump podría convertirse en uno de los ejes centrales de su campaña electoral, reavivando debates sobre el equilibrio entre el patriotismo, la libertad de expresión y el uso del poder federal.