¿Los perros mueven la cola debido a la domesticación humana?

El movimiento de la cola en los perros , ya sea lento, sutil o enérgico y furioso, es una expresión canina omnipresente.

La relación entre humanos y perros se ha forjado a lo largo de un proceso de domesticación que se estima ocurrió desde hace 15 mil a 50 mil años. Esta estrecha conexión se refleja en la presencia de perros en alrededor de un tercio de los hogares.

Aunque los propietarios a menudo confían en el lenguaje de la cola de sus perros para interpretar sus estados de ánimo, aún queda por entender completamente cómo evolucionó esta forma de comunicación canina y es posible que haya derivado de la internación perros-humanos, según un nuevo estudio.

En un esfuerzo por abordar esta cuestión, investigadores propusieron varias teorías para motivar futuras investigaciones o postulaciones sobre el tema. Aunque retroceder en el tiempo para presenciar la relación inicial entre humanos y perros puede ser imposible, los comportamientos actuales de los perros pueden arrojar luz sobre el proceso de domesticación.

El movimiento de la cola, un comportamiento distintivo y fácilmente observable, ha sido objeto de estudios anteriores. Investigaciones revelan que los cachorros domesticados tienden a mover la cola con mayor frecuencia que los cachorros de lobo criados de manera similar. Además, los perros mueven la cola hacia la derecha en respuesta a experiencias positivas, como ver a sus dueños, y hacia la izquierda cuando desean retirarse, como en situaciones agresivas.

El movimiento en la cola de los perros ¿una expresión influenciada por la domesticación humana?

A pesar de estos avances, persisten preguntas sobre por qué los perros mueven la cola con más frecuencia y en diversos contextos en comparación con otros cánidos. La teoría propuesta por algunos expertos sugiere que este comportamiento puede haberse visto influenciado por el proceso de domesticación. Estudios anteriores indican que otros rasgos de los perros evolucionaron genéticamente debido a comportamientos seleccionados efectivamente por humanos, como el que un pequeño cachorro fuera mucho más dócil con los humanos.

No obstante, otra hipótesis plantea que los humanos, consciente o inconscientemente, seleccionaron el movimiento de la cola durante el proceso de domesticación porque los estímulos rítmicos nos atraen. La conexión entre humanos y perros, en este escenario, podría haberse fortalecido al incorporar este gesto rítmico.

Silvia Leonetti, primera autora del artículo publicado en Biology Letters, sugirió en una declaración que, experimentos con tecnologías avanzadas y no invasivas, enfocados en interacciones entre perros y humanos, podrían proporcionar más información sobre los diversos significados del movimiento de la cola.

Aunque la hipótesis fue bien recibida, algunos expertos sugieren que los humanos podrían haber seleccionado directamente el movimiento de la cola por razones distintas a su naturaleza rítmica. La Dra. Holly Root-Gutteridge, investigadora canina, plantea que estos movimientos podría ser una señal social adaptada por los perros para comunicarse con los humanos, particularmente porque los ladridos resultan irritantes para nosotros.

Este cuestionamiento aún no tiene una respuesta concreta, pero en medida de las futuras investigaciones, es posible que se descubra una relación mucho más compleja respecto a este patrón en los perros y su conexión con los humanos. De cualquier manera, y aunado a la hipótesis, ¿a quién no le gusta el movimiento de la colita en los cachorros? Posiblemente el humano sea el responsable.

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